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MASTURBACIÓN PRE-ADOLESCENTE, CLAVES PARA ABORDARLA


Tal como he mencionado en artículos anteriores, la pre-adolescencia es un periodo de cambios intensos en nuestros hijos. Poco a poco van dejando atrás la infancia, cambian sus gustos, la forma de relacionarse con sus amigos, con sus padres, sus profesores, consigo mismo, en fin, viven cambios en las diferentes áreas de su vida, donde probablemente los más intensos son los corporales. Van dejando atrás sus formas de niño, les cambia la voz, les crece el vello corporal, cambia el tamaño de los genitales, crece el vello púbico, en las mujeres crecen las mamas, se ensanchan sus caderas, etc.



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Es que la pubertad está determinada por las hormonas sexuales que comienzan a invadir el torrente sanguíneo y éstas no sólo impulsan la aparición de estos llamados caracteres sexuales secundarios, sino que también el aumento de la conciencia corporal, del deseo erótico y de la excitación sexual.


Frente a esto, aumenta la tentación de acentuar esa excitación, tocando y estimulando sexualmente el propio cuerpo y es por ello que en la pubertad se da un necesario y saludable rebrote de la masturbación.


La masturbación forma parte del desarrollo normal de la sexualidad de hombres y mujeres y aun cuando en el caso de ellas, es menos aceptada socialmente (aunque cada vez más), es tan natural y saludable como en los hombres e igualmente importante para ir construyendo el camino a la sexualidad con otra persona en el futuro.


En la pre-adolescencia, la masturbación permite ir re-descubriendo el propio cuerpo, que si bien muy probablemente ya se había autoexplorado en la infancia, hoy está cambiando, adquiriendo nuevas formas, nuevas reacciones y las sensaciones son más intensas.


En mi trabajo con padres, me he podido dar cuenta de que uno de los temas de sexualidad que más cuesta conversar con los y las hijas pre-adolescentes y adolescentes, es el de la masturbación. Parte de esta dificultad tiene que ver con reconocer que son seres sexuales, pero creo que principalmente, pasa porque conversar de este tema implica ya no hablar sólo de prevención, riesgo o autocuidado, sino que simplemente del placer sexual y del disfrute erótico del propio cuerpo.


Esto muy probablemente nos conecte con preguntas que tienen que ver con cómo vivimos nosotros mismos el placer sexual, qué tanto conocemos, aceptamos, valoramos y cuidamos nuestro propio cuerpo y cuánto nos permitimos el goce. Nos conecta con preguntas acerca de nuestra propia manera de vivir la auto-exploración sexual hoy como adultos y antes como adolescentes y con la educación sexual que nos dieron nuestros padres, lo que rescatamos y lo que no repetiríamos con nuestros hijos e hijas.

Son preguntas muchas veces difíciles de contestar, pero que sin embargo nos pueden abrir excelentes oportunidades para mejorar la relación con nuestro propio cuerpo y para tener conversaciones con ellos y ellas, que hablen sobre valorar el suyo, sobre reconocerlo como propio y por tanto asumir la responsabilidad y la libertad de decidir sobre él, de cuidarlo y disfrutarlo.


Por otro lado, es necesario transmitirles que si bien es normal y saludable masturbarse, es algo que deben hacer en privado. Pero definir la masturbación como un comportamiento íntimo no significa coartar el placer, sino que implica ir construyendo la sexualidad en el espacio de lo íntimo y comprender que, si bien el impulso sexual puede ser muy intenso, no es incontrolable, lo que implica ser capaz de posponerlo para un momento más adecuado. Esto tiene que ver con desarrollar la capacidad de responsabilizarse de sí mismo, en tanto ser capaz de gestionar los propios impulsos y necesidades.


Interiorizar esto, además les permitirá ir formando una sexualidad en pareja respetuosa y cuidadosa, ya que será el paso anterior a entender que por más fuerte que sea el deseo sexual, tanto el hombre como la mujer pueden posponer sus deseos si, por ejemplo, no es el momento adecuado o su pareja o él/ella mismo/a no quiere tener sexo en ese momento.


Conversar con nuestros hijos e hijas pre-adolescentes sobre masturbación, nos enfrenta a un nuevo desafío de la crianza que no deberíamos eludir si recordamos que, tal como en otros temas de sexualidad, ellos y ellas requieren confianza, seguridad y orientación de nuestra parte, para ir poco a poco construyendo el camino a la sexualidad en pareja en el futuro. (Puedes leer más sobre este tema en mi artículo “5 clave para hablar de sexo con los adolescentes”)


(Basado en artículo escrito por mi para #mamadre)


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